A un twitero muy original, por cierto, @Milledescubren se le ocurrió plantear una convocatoria donde los participantes debían exponer la frase que “empezaría la pelea navideña” en esta fiestas decembrinas. Porque no puede desconocerse el desgaste de estas fechas que parecería se justificaran siempre y cuando haya niños. De lo contrario… Los dos pilares que la institucionalizan, religión y familia, andan sumergidos en una crisis impresionante y por lo tanto el edificio “fiesta Navideña” se  desmorona. Cada vez mas es sinónimo de consumismo y parranda, y menos religión y familia. El significado espiritual y trascendente “pocón pocón”, ni siquiera se lee la novena “Benignisimo Dios… “(¿otra vez?) no se entiende, qué hartera, entonces ¿nos reunimos para qué?  Y si es por “unión familiar”, allí si fue Troya. Las nuevas familias, recuperadas, descompuestas, acomodadas, se convierten en un caldo de cultivo para inconvenientes que pueden prolongarse facilito, los 12 meses siguientes. O, peor dolor, el resto de la vida…

Las nuevas generaciones, los millennials, mas francos, irreverentes y espontáneos son conscientes de la “mamera” que significan estas fechas. De allí la convocatoria del twitero. Y no se imaginan las respuestas: absolutamente contundentes, mostrando cómo el significado de la Navidad y reunión familiar “perdura” siempre y cuando haya niños. De lo contrario el simbolismo de la fiesta se pierde entre regalos absurdos, carreras, abrazos y besos “no deseados”, comida y trago, mensajes de celular, obligaciones familiares lo que plantea la urgente necesidad de un trabajo de  reingienería para la Navidad.

 

Las frases lo dicen todo. Desde simplezas como “la misma comida todos los años”. “¿Y usted por quién votó tía?” como también reflexiones filosóficas “profundas”: “Sabían que Jesús es una construcción mitológica derivada del ideario grecorromano y al cual se le han ido adaptando creencias y propiedades que en un principio eran originales de los pueblos paganos cristianizados a la fuerza?”  Y qué tal esta “representativa” de unión familiar o traición “a los míos”: “¿Y ustedes por qué siguen hablando con mi EX?”

Seguimos. “¿Como la ven con su nuevo presidente?” “En cuarto años de ingeniería descubrí que lo que me apasiona es la danza”. “¿Por qué nada mas nos hablan en estas fechas?”. “Claro, como ella es la preferida”. “Voy a levantar un cuarto en el terreno que dejó la abuela”. “Mi tía no vive con su amiga, vive con su pareja, no lo nieguen”. “Estoy embarazada y si pienso abortar”. “¿Quién tiene las escrituras de la casa?”. “Niños, ¿ustedes saben qué significa ser virgen?”. “Te toca lavar la loza”. “Se le fue la sal al pavo, ¿dónde compraron esa pendejada?” “Qué bonita estuvo Miss España”. “¿Cuándo abriremos el testamento de papá?”

Las frases continúan pero son una radiografía muy exacta de la realidad de hoy. La familia y la religión están en serios problemas de identidad y pareciera que han cumplido su ciclo. Es urgente una nueva mirada, mucho mas comprensiva y tolerante para poder adecuarlas a las necesidades actuales. Sobre todo, es urgente desmitificarlas, tal cual existen, no son respuestas a las necesidades de estas nuevas generaciones. Entonces… Por delante  un camino de construcción de una nueva forma de vida donde es evidente que el centro está adentro de nosotros y no en ningún valor, persona u organización externas. Estamos frente a esa tarea. Buen propósito para el 2019.

Gloria H. @Revolturas

Leave a Comment