Hace unos años, la sección más desprestigiada en los anaqueles de una Librería, era el lugar donde se exhibían los libros de autoayuda. Era la vitrina vergonzante, la de los atembados ignorantes que creían en pendejadas. Aun mas, reconocidos psiquiatras o científicos, llegaban a considerar esta literatura como cuentos de hadas, historias para distraer o embolatar mentes ingenuas. El solo nombre de autoayuda era humillante, bochornoso.  Clasificar entonces un texto en esta sección era condenarlo al ostracismo, como un paria. ¡Qué pena! Mejor les iba a los libros en la sección de sexualidad, erotismo y pornografía, porque autoayuda de por sí daba lástima.

Pero el mundo cambió. La desconcertante pandemia nos encerró y obligó a mirar para adentro. No solo al interior de las casas sino también al interior de cada quien. Hubo la necesidad de revisar al inquilino interior y encontrarnos con su silencio, su acogida, su rechazo, su miedo… con lo que fuera, pero aterrador. La pandemia es “responsable” de este caos, de esta crisis mundial de salud mental. Las preguntas se multiplicaron sin encontrar respuesta. Las farmacéuticas quisieron hacer agosto… Por ello, hoy, es necesario mirar diferente. Es el momento de escuchar otra versión de la vida que no se satisface solo en el dinero, el éxito, la fama o el poder. Claro, no todos oirán lo mismo, todos no caminamos al mismo ritmo. Pero la disparada de ansiedades, angustias, depresiones, suicidios, tiene que ver con el sentido de la vida que las culturas actuales creyeron que era válido. Y resultó fallido. La proliferación de enfermedad mental tiene que ver con las creencias.

La idea entonces (desesperada) es acudir urgente a medicar el sufrimiento. Deme una pastilla que calme mi angustia. Debe haber alguna medicina que quite esta desazón. Sí, es bueno apoyarse en la muleta del medicamento, pero no lo es todo. Las emociones se vuelven biología y hay que trabajar con el pensamiento, la intuición, la palabra, la actitud, las creencias, el comportamiento. Exposer de Coomeva se celebra el sábado en el Hotel Inter y está invitando a que tome esta “pastilla” de salud mental y la cambie por la de la droguería. Créame, una nueva información hace muchísimo por la salud emocional. Oír la realidad de otra forma es reparador. Los conferencistas, mujeres en su mayoría, a las que no les asusta buscar nuevos caminos, estarán allí para ayudar. Pilar Sordo, psicóloga chilena, mostrará cómo dejar de ser sordos a las nuevas creencias, a una nueva manera de enfocar la vida. Usted decide si quiere permanecer sordo o escucha diferente. Parece magia pero quienes manejamos las palabras con actitud sanadora, somos conscientes del poder de la palabra, escuchada en el momento adecuado, expresada cómo debe ser, despertando del automático. La palabra sana, es mágica. Sus efectos no terminan como podrían terminar los de algún químico en el organismo. Estoy convencida que gran parte de esta angustia universal, de esta depresión contagiosa, se pueden modificar, enseñando a vivir de otra manera. Usted puede decidir seguir sordo… o escoge aprender a vivir oyendo cómo la vida puede experimentarse diferente. Qué paradoja, hoy los libros más vendidos son los de autoayuda. Por eso, puedo escoger escuchar distinto o tomarme una pastilla…

Gloria H. @GloriaHRevolturas

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