Annie Marquier dice en su bellísimo libro “El maestro del corazón” cómo la gratitud expande el corazón y esa onda alcanza hasta dos metros de diámetro, impregnando todo lo que alcanza en esa dimensión. Entonces, increíble, una persona agradecida logra transformar energéticamente su entorno porque no hay espacio para la agresión cuando el agradecimiento es la sensación prioritaria. La gratitud es la emoción mas reparadora de cuantas existen, si se quiere más liviana que el perdón  porque no tiene cargas de culpa ni deudas pendientes, ni genera dependencia, solo permite conectar con algo mágico que pareciera no esta contaminado de irracionalidad.  Es a través de la gratitud que nos conectamos con lo sagrado.  

Pues bien, el jueves es el día de Acción de Gracias que bien pudiera ser cualquier día, pero cada vez se comprueba que aunar pensamientos emociones y sentimientos en un mismo momento, genera mas fuerza en la construcción de lo propuesto. El día (o la noche) de las gracias podría “limpiar” el ambiente enrarecido, cargado de violencia, prevención o intolerancia. Agradecer nos hace mejores seres humanos, menos violentos, menos prevenidos… Aun, a aquellos que se consideran enemigos, se les puede agradecer. Porque como decía Jung, hay sombra en la condición humana pero es la oscuridad la que ayuda a tomar conciencia de lo que somos. Si todo es negro no se percibe la luz. El contraste (se necesitan luces y sombras) es lo que  ayuda a crecer. Los que crees te han hecho daño, tus contradictores, resultan ser tus maestros de crecimiento.  Entonces ¿por qué no un día de agradecimiento para todos aquellos que, a través de la incomodidad, nos hacen mejores seres humanos?

Por eso hoy agradezco a todos aquellos que me odian y critican porque gracias a ellos, he aprendido a ser mas tolerante, a respetar la diferencia, a cimentar un criterio que no se deja enganchar por la rabia ajena. Rabia a la que tienen derecho pero no “toca” porque no “somos lo que la boca de los otros dice”. Agradezco a uno de los colectivos de psicólogos que me persigue porque gracias a ellos, cada día me enamoro mas de mi profesión. Agradezco a los uribistas porque enseñan a argumentar desde su postura  fundamentalista, totalmente respetable. A la Religión Católica porque desde su inequidad frente a la mujer y sus contradicciones internas, despejan el camino de la espiritualidad. No, no es revancha ni cobro de cuentas. Agradecer lo que te ha hecho sufrir es una forma de reconocer la sombra como elemento necesario en procesos de conciencia. La cultura “de apariencia” no permite la expresión de sentimientos y emociones negativas que no desaparecen porque no se nombren. Por el contrario, al guardarlas, o envenenan, o se vuelven tumor, o se “hablan” actuando en forma inapropiada. Las emociones negativas tiene “mala prensa” pero es obvia que sin ellas no se puede vivir. Hay que aprender a conocerlas y manejarlas. Puedes agradecer hoy, todo lo positivo que tienes en tu vida, desde estar vivo, pero también sanar pendientes agradeciendo todo aquello que ha tallado y enseñado, incluído “enemigos”. Estas circunstancias son las verdaderas maestras de la existencia. Porque a la vida venimos a aprender y gracias a lo desagradable hoy podemos ser mejores seres humanos… ¡a eso vinimos!

Gloria H. @GloriaHRevolturas

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