Si usted, hoy, martes 10, ya “sabe” quienes fueron los autores del atentado contra Miguel Uribe, si “su” equipo investigador ya dio el veredicto déjeme decirle que “sus” resultados son el combustible que está envenenado este país. Si usted está “seguro” de las motivaciones que llevaron a cometer este hecho, son sus creencias las que construyen la realidad donde usted se refugia generando una intolerancia desmedida con su entorno. Sus suposiciones crean un escenario que usted “solito” se cree, pero espera que su círculo “entre” a la misma película. Y todos aquellos que no estén en el mismo teatro son demonios. ¿Cómo disminuir este fantasmático espiral de agresividad?
Estamos, entonces, construyendo una realidad con base a suposiciones. Qué veneno tan peligroso para la salud mental. Y como la mente no necesita “probar” si es cierta la suposición, puedo terminar viviendo en un mundo paralelo creado por la imaginación. ¿Quién puede, siquiera, dialogar conmigo si vivo en el mundo de los supuestos? Pero como, si o si, hay que aceptar que somos seres de energía y por lo tanto irradiamos vibraciones donde otras energías se conectan en la misma onda, es claro que nuestra energía contamina o limpia. De allí la responsabilidad social con lo que pensamos, con lo que decimos y claro con lo que actuamos, motivados por supuestos. El lenguaje de alcantarilla que se vomita en redes contribuye a la polarización, “suponiendo” que sean los otros los equivocados mientras yo puedo (y debo) seguir vomitando odio.
Pero hay otras miradas que vale la pena revisar. La familia es un sistema donde existen hechos que se repiten mientras no se tome conciencia de ellos. Los pendientes del alma familiar, momentos difíciles que se invisibilizan o esconden por vergüenza o miedo, quedan “congelados” esperando salir a flote a través de la lealtad de algún miembro de la familia. En Constelaciones Familiares, la perspectiva sistémica se refiere a la comprensión de que las familias son sistemas complejos, donde las acciones de cada miembro influyen en el bienestar general y viceversa. Aquí se enfatiza la interconexión y la importancia de la historia familiar en la vida de los individuos, identificando patrones y dinámicas que puedan estar causando problemas. Mientras no se tome conciencia de ellos, buscaran repetirse como una forma de ser reconocidos. De acuerdo a este teoría aquí están estos datos: Diana Turbay muere un 25 de Enero de 40 años. La fecha de nacimiento de Miguel es 28 de Enero y hoy tiene casi 40 años. Cuando muere su madre, Miguel tiene 5 años. Su hijo Alejandro, hoy tiene 5 años. A su mamá le dieron por la espalda. A él le disparan por la espalda. ¿Coincidencias? ¿Pendientes familiares por resolver? La proximidad de fechas entre nacer y morir de los dos implicados, Diana y Miguel, es como si la madre le hubiese entregado a su hijo un legado que él debe resolver energéticamente.
¿Estamos atrapados por nuestra historia? ¿La muerte es el único camino sanador? No, los procesos de conciencia alivianan la carga y liberan la lealtad con el pendiente familiar. No solo somos seres lógicos y racionales. La necesidad de incluir lo trascendente en nuestras vidas es una prioridad de sanación individual y comunitario. Sin trascendencia no sobrevivimos. El mundo reclama otra mirada, otra actitud. No solo lo material y lo concreto… la energía nos construye.
Gloria H. @GloriaHRevolturas
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